Cuentos de animales: El zorro Milton
Este es uno de los cuentos cortos de animales salvajes, escrito por Andrés Huertas para el programa Territorio Mágico - Alegría contagiosa.
El zorro Milton
Yo andaba repelando como perro canequero, lo admito, porque no es vergüenza cuando uno está viendo por la familia. Había una finca de pollos y me acerqué para escarbar bajo la cerca, cuando puse la pata en unas hojas y clac, se cerró la trampa.
Eso era un dolor el macho, pero me mordí la lengua para no gritar. No sirvió. Alguna alarma le sonó a los traficantes de pieles porque llegaron, me echaron entre un baúl y me llevaron a una bodega sucia y fría.
En la bodega había colgadas pieles de babilla, de conejo, de pitón, plumas de avestruz y otros pájaros. En jaulas estábamos varios zorros que iban a despellejar.
La primera intentona de fuga la hice la primera vez que abrieron la jaula. Entró un tipo enorme y yo me agaché, le pasé debajo de las piernas y me eché a correr. Trepé por entre los ganchos de los que colgaban las pieles para colarme por una ventana, pero tenía una malla y no pude romperla. Me durmieron con un taser, una pistola eléctrica que me dejó tumbado en el suelo con temblores de cuerpo.
Me encerraron en una jaula al fondo, pero yo empecé a escarbar un túnel cuando se dormían y lo tapaba con la paja del piso. Pero el día que iba a volarme, me sacaron y me metieron con otros primos para llevarnos al laboratorio donde nos iban a despellejar.
Íbamos en una camioneta, amarrados a unos palos atravesados en la parte de atrás, colgando. Me di mañas para romper las cuerdas y luego ayudé a liberar a mis carnales, y cada tanto alguno se despedía y saltaba fuera. Me quedé de último y me descubrieron. Me tocó botarme en plena avenida y me pasó por encima un carro que venía detrás.
Ahí fue cuando Adelaida y su mamá me rescataron.
